top of page

Château Mangot

Logo-Mangot-Todeschini.png

Nuestros vinos el resultado de cuando una familia apasionada se encuentra con un terruño rico y generoso. Luego, un trabajo en equipo que combina el saber hacer y una actitud abierta para ofrecerle “vins d’auteur” muy individuales, siempre con el mismo objetivo: ¡darle placer y una emoción especial!

Un Gran Vino se hace sobre todo en la viña…

Practicamos la viticultura ecológica por convicción, y los productos sintéticos, herbicidas e insecticidas no tienen cabida en ella. No estamos siguiendo una moda, simplemente nos resulta evidente, una intuición personal de que es el mejor camino.

Beneficiándonos de la certificación ISO 14001 (PYME Burdeos), HEV 3 (Alto Valor Ambiental), lo que queremos es reducir nuestro impacto ambiental al mínimo: proteger nuestro suelo, nuestro paisaje, nuestras aguas subterráneas, nuestra biodiversidad y a las personas. Este compromiso se fortalece con una transición a AB, para formalizar nuestra práctica iniciada hace más de 10 años. Utilizamos técnicas racionales de bajos insumos en el trabajo del suelo para respetar su estructura. La adición de fertilizantes orgánicos, como estiércol y composta, junto con la siembra de leguminosas y cereales, fomenta la actividad biológica natural en el suelo. Este ecosistema es la base de un suelo vivo y sano, nuestro suelo. A lo largo del ciclo vegetativo, previa observación y análisis, se aplican preparados foliares (oligoelementos, extractos vegetales, sílice…) en dosis “homeopáticas” para mantener el equilibrio nutricional de la planta, estimular sus defensas naturales y aumentar en consecuencia su inmunidad. Esto nos permite minimizar los insumos fitosanitarios, por muy naturales que sean, el cobre por ejemplo…

Este enfoque ecológico (iniciado en 1997 y acentuado desde 2008) requiere rigor y precisión; reduce los rendimientos, pero nos premia año tras año con uvas con una identidad genuina propias de su terroir.

Un proceso de vinificación que respeta las materias primas…

El trabajo de “jardinería” que realizamos nos permite vinificar con la mínima intervención, con la mayor naturalidad posible, sin necesidad de biotecnología ni trucos de oficio. Lo que cuenta aquí es un enfoque riguroso en cada paso del camino: la higiene y una bodega bien cuidada durante todo el año son indispensables para garantizar una calidad y expresión constantes en nuestros vinos. Las levaduras autóctonas y una cantidad muy limitada de sulfitos, utilizados de manera inteligente y adecuada (30 a 50ml/L de SO2 total, o la mitad de la cantidad autorizada para los vinos ecológicos) permiten que nuestros vinos revelen todo el carácter típico del terroir. No se trata de no hacer nada, sino de guiarlos con delicadeza como y cuando sea necesario para que estén a la altura de sus posibilidades: vinos puros, precisos, expresivos, de calidad constante y, sobre todo, ¡que nos gustaría beber!

Tras más de un año de crianza en depósitos y/o barricas, envejecemos nuestros vinos en botella de 5 a 7 años dependiendo de la cuvée, para que salgan a la venta en su mejor momento.

Una uva cultivada en una viña sana en suelo vivo, vinificada con respeto, es un buen augurio para un vino sincero y expresivo.

bottom of page